Category Archives: Marxisme

Sobre el reformismo

Comparteixo un fragment del llibre “Lenin (la coherencia de su pensamiento)” de G. Lukacs en que aborda una explicació de què és el reformisme i les seves causes.

‘[…]
Es evidente, sin embargo, que toda condena del oportunismo y de su toma de posición ante la guerra que no lo conciba como una corriente – históricamente detectable- del movimiento obrero, valorando su actualidad como el fruto orgánicamente maduro de todo su pasado, es incapaz de elevarse a la más elemental altura de una discusión realmente marxista, y es incapaz también de extraer de dicha condena sus concretas consecuencias prácticas, necesarias en el momento de la acción, así como también tácticas, aplicables al terreno de la organización.

Para Lenin, y una vez más sólo para Lenin, estaba claro desde el estallido de la guerra mundial que la actitud de Scheidemann, Plejánov, Vandervelde, etcétera, ante la guerra, no era sino la lógica aplicación de los principios del revisionismo a la situación actual.

Pero, ¿cuál es -en suma- la esencia del revisionismo? En primer lugar, intenta superar esa “unilateralidad” del materialismo dialéctico, en virtud de la cual éste considera la totalidad de los fenómenos del acontecer histórico-social exclusivamente desde el punto de vista de clase del proletariado. Su punto de vista, por el contrario, es el de los intereses de la “sociedad entera”. Pero como estos intereses globales – concretamente considerados- no existen en absoluto y como lo que podría parecer tal cosa no pasa de ser el resultado momentáneo de la interacción de las diferentes fuerzas clasistas que luchan entre sí, el revisionista concibe el resultado siempre cambiante del proceso histórico como un punto de partida metodológico invariable. Con lo cual invierte también las cosas en el plano teórico.

Prácticamente considerado, el revisionismo es -dado su punto de partida teórico- un compromiso constante y necesario. El revisionismo siempre es ecléctico; es decir, intenta suavizar -ya en el propio plano de la teoría- los conflictos entre las clases, neutralizándolos entre sí, con el fin de convertir su unidad -unidad que anda cabeza abajo y que, en realidad, sólo existe en su cabeza- en el criterio para enjuiciar los acontecimientos.

He aquí por qué el revisionista rechaza -en segundo lugar- la dialéctica. Porque la dialéctica no es otra cosa que la expresión conceptual de la evolución de la sociedad, una evolución que tiene lugar, en realidad, a fuerza de contradicciones, contradicciones (entre las clases, así como la esencia antagónica de su ser económico, etc.) que constituyen el núcleo y fundamento de todo acontecer, de tal modo que una “unidad” de la sociedad, en tanto ésta descanse sobre una estratificación clasista, no puede ser sino un concepto abstracto, el resultado -pasajero- de la interacción de estas contradicciones.

Y como la dialéctica -en cuanto método- no es más que la formulación teórica del hecho de que la sociedad avanza a través de una serie de contradicciones, pasando de un contrario a otro, es decir, revolucionariamente, el rechazo teórico de la dialéctica implica necesariamente la ruptura total con cualquier posible comportamiento revolucionario.

En la medida en que los revisionistas -en tercer lugar- se niegan a reconocer la realidad de la dialéctica como movimiento de contrarios que da siempre lugar a algo nuevo, como algo realmente existente, se ven privados en su pensamiento de la dimensión histórica, de lo concreto, de lo nuevo. La realidad que experimentan está subordinada a unas “eternas leyes de bronce” que actúan de manera esquemática y mecanicista, y que -de acuerdo con su esencia- producen siempre lo mismo, y a las que el hombre está sometido, por una especie de fatalidad, como a las propias leyes de la naturaleza.

De manera, pues, que basta con conocer estas leyes de una vez por todas para saber cómo habrá de ir evolucionando el destino del proletariado. Suponer que pueden presentarse situaciones nuevas, no sometidas a estas leyes, o situaciones cuya resolución dependa de la decisión del proletariado, es, para los revisionistas, muy poco científico. (La supervaloración de las grandes individualidades, de la ética, etc., no es sino el complemento necesario de semejante concepción.)

Estas leyes son, sin embargo -en cuarto lugar-, las leyes de la evolución capitalista, y subrayar su validez intemporal y suprahistórica implica que para el revisionista la sociedad capitalista es, como para la burguesía misma, la realidad, es decir, una realidad inmutable en lo esencial. El revisionista no considera ya a la sociedad burguesa como algo surgido históricamente y, en consecuencia, condenado a perecer históricamente, ni a la ciencia como el medio idóneo para determinar el momento de esta decadencia y trabajar para acelerarlo, sino -en el mejor de los casos como un medio para mejorar la posición del proletariado dentro de la sociedad burguesa. Todo pensamiento que vaya prácticamente más allá del horizonte de la sociedad burguesa es, para el revisionismo, una ilusión, una utopía.

De ahí que -en quinto lugar- adopte una posición política “realista”. Sacrifica en todo momento los verdaderos intereses de la clase obrera en su totalidad, cuya consecuente defensa califica de utópica, a los intereses inmediatos de determinados grupos. Es evidente -incluso a la luz de estas breves reflexiones- que el revisionismo puede llegar a convertirse en una verdadera corriente del movimiento obrero únicamente porque la nueva evolución del capitalismo permite mejorar económicamente a ciertas capas obreras -aunque sólo sea pasajeramente. Y también porque la estructura organizativa de los partidos obreros asegura a estas capas y a sus representantes intelectuales una influencia superior a la que pueden ejercer amplias masas revolucionarias -aunque no lo sean sino de manera confusa e instintiva- del proletariado.

Todas las corrientes oportunistas comparten un mismo denominador: no considerar jamás los acontecimientos desde el punto de vista de clase del proletariado, cayendo así en una “Realpolitik” (política realista) ecléctica, ahistórica y no dialéctica; esto es lo que unifica sus diferentes concepciones de la guerra y las presenta, sin excepción, como necesaria consecuencia del revisionismo anterior. La incondicional sumisión del ala derecha respecto de las potencias imperialistas de su “propio” país, es la consecuencia orgánica de una concepción según la cual la burguesía -no sin ciertas reservas, en principio- es la clase rectora de la evolución histórica y el proletariado debe apoyarla en su “papel progresista”.

Cuando Kautsky califica a la Internacional de simple instrumento para la paz, inutilizable a efectos bélicos, no dice en realidad cosa muy distinta de lo que decía el menchevique ruso Tscherewanin al estallar en lamentos a raíz de la primera revolución rusa: “En plena llama revolucionaria, sin embargo, cuando los objetivos revolucionarios parecen al alcance de la mano, que difícil resulta esbozar la vía de una táctica menchevique razonable”, etc.
[…]’

Aqui teniu el PDF de tot el text

Masculinitat feminista

Com és lògic, és habitual que qui més parli de feminisme siguin les dones. Més en els moviments polítics transformadors, on hi ha lloc per l’organització i desenvolupament de la consciència política i feminista i, més encara, si estan normalitzats els espais no mixtes de dones. Malgrat la necessitat d’aquests espais, són una arma de doble fil pels moviments socials i polítics. Doncs faciliten que els companys i companyes menys conscients els hi deleguin la lluita antipatriarcal, o el que és més greu, l’anàlisis, reflexió i pràctica entorn l’opressió de gènere.

El corol·lari més evident d’això és que els homes que militem en espais (formalment) antipatriarcals, però no de militància exclusivament antipatriarcal, sovint oblidem el treball en aquest sentit -o ens limitem a les dinàmiques assemblearies-. Per això, crec que fa falta obrir el debat sobre la masculinitat des de la perspectiva dels homes, i encara més, per als homes.

No cal discutir aquí perquè la masculinitat hegemònica patriarcal ha de desaparèixer, sinó com i des d’on fer-ho i sobretot què posar-hi en el lloc que aquesta ocupava. Aquest és un procés que ha de ser transformador com a procés, no només pel lloc d’arribada.

Des dels moviments feministes s’interpel·la als homes en clau de (potencials) agressors (estructurals), i ja és motiu suficient per treballar per eliminar la masculinitat patriarcal, però cal anar més enllà:

  • Aquesta masculinitat ens és quelcom imposat -que no és nostre- i ens hem de plantejar si la volem o no, com la pressió estètica o el consumisme.
  • És quelcom que limita la nostra forma ser persona, doncs ens condiciona poder desenvolupar-nos lliurement amb patrons, pors i prejudicis cap a un mateix (autoodi) i ens força a eliminar algunes de les nostres expressions.
  • És una masculinitat autoagressiva per aquelles persones que com demanava el Che “senten en el més profund del seu ser qualsevol injustícia comesa contra qualsevolc a qualsevol part del món”, «la qualitat més bonica de qualsevol revolucionari» deia ell. No hem d’oblidar que per moltes dones els homes no som més que potencials violadors caminant pel carrer.

El problema està en com fer-ho. Segurament, el més habitual, és un procés de negació sense una autocrítica forta l’origen d’on surt el que s’ha de negar i que per tant per molts homes deriva en autonegació. Aquest acostuma a ser el principal impuls de molts homes sensibles amb les aportacions feministes sobre nosaltres, però clarament mancat d’una perspectiva autocrítica i d’autoconstrucció.

En entorns militants, ens hem acostumat a veure homes que es contenen amb el que els hi sortiria de ser o fer, però que es desencadena en moments de desinhibició. Reprimir l’expressió de quelcom que se sap incorrecte, sense destriar-ne l’origen, és un camí de curt recorregut que genere monstres i sobretot frustració.

No es tracta d’aniquilar-se a un mateix i la pròpia forma de ser sinó de construir-se com a quelcom nou. Evidentment ens cal deconstruir d’allò que tenim a dins i que ja (gairebé) forma part de nosaltres i no volem, però a més a més ens cal saber què ser. Ens cal trobar una forma de ser que nosaltres vulguem, per iniciativa pròpia i no només a la contra, per què un cop buidats de les imposicions masclistes del patriarcat el fet de ser home s’ha d’omplir de quelcom que valgui la pena ser viscut.

Això que ens cal construir pot ser qualificat de «masculinitat feminista»? Jo crec que si. Una forma de ser home sense restes del patriarca. Clarament es tracta d’un camí personal de cada un, que com tot millor si és construït en col·lectiu. Justament, com que allò personal també és polític em permeto alguns apunts.

  • El poder, les formes de micropoder que tenim minut a minut en pràcticament qualsevol quotidianitat. El primer pas és, òbviament, no exercir aquest poder, però penso que la nostra contribució més valuosa està en eliminar l’existència de moments de poder, més que de deixar-los a l’aire (que seria el primer pas). Una idea:
  • La vivència del desig i la cosificació parteix inevitablement de l’assumpció d’estar en una posició de poder accedir -i fins i tot consumir- relacions i cossos. És una posició molt angoixant per viure en societat i, segurament, el primer que cal per transformar-ho seria sentir-ho així. Envoltats de relacions socials i personals és molt més plaent viure i sentir a la gent com a iguals on el desig cosificat sembla més una escopinada a la cara que una altre cosa. Entrar en el tema del plaer s’escapa de l’abast d’aquesta entrada però podem apuntar que pensar en el plaer com viure només el propi és una visió amb una tanca al mig del camí, que darrere amaga un gran recorregut.
  • Els micromasclismes i relacions de tracte quotidià. No cal més que agafar el millor de la teoria queer en quant a la diferència entre home i dona, que és que no n’hi ha cap de significativa. Moltes dones poden tenir més trets masculins que molts homes i a la inversa. Pensar en persones malgrat semblar un tòpic, certament, permet una forma de ser home molt més humana: es tracta d’una eina molt potent per trencar amb el binarisme i els rols imposats, amb els que poques persones ens identifiquem i que transgredim a diari.

La lluita feminista és una de les més exitoses al llarg de la història recent, però malgrat haver guanyat moltes batalles segueix essent necessari obrir nous fronts en aquesta guerra sense treva. Espero que aquestes reflexions ajudin a continuar obrint aquest nou front de lluita, si desperten interès hi seguirem treballant.

Machete al machito!

 

Julià Mestieri – @julimestieri

Entendre Podemos (?)

Fa ja un temps de l’aparició de Podemos, suficient com per que ja pocs s’atreveixin a dir que és quelcom que passarà en 2 dies. El cert és que des de l’esquerra radical en molts sectors encara no sembla que s’acabi d’entendre el fenomen i s’intenta analitzar des d’una òptica que no permet comprendre’l. Sumat a la tendència a tractar allò aliè o que no es compren amb cert despreci o rebuig, es comença a apreciar a les bases dels moviments popular més rupturistes crítiques merament des de la distància identitaria, i viceversa en alguns cercles de podemos.

Per això he volgut fer un recull de material sobre Podemos explicat per la mateixa gent de Podemos, per intentar entendre amb quins anàlisis i quines categories es construeix aquest projecte polític. No hi ha cap referència al seu programa econòmic doncs ja se n’està parlant molt i alhora penso que aporta molt poca informació per la comprensió del projecte polític ja que Podemos tracta el programa econòmic merament com un element tàctic. Així doncs a continuació una petita selecció de materials amb una voluntat merament divulgativa:

Recull de materials

Segurament el material més accessible per introduir-se als conceptes i anàlisis que fa Podemos sigui aquest debat de Fort Apache titulat: “Podemos y el populismo”. Alhora és interessant veure’l contextualitzat amb les crítiques que reben, en aquest cas per part de IU.

https://www.youtube.com/watch?v=-q9oxr54X_Y

També són molt ilustratius dos materials d’Íñigo Errejón, un dels ideolegs de Podemos:

Com es pot comprovar fins aquest punt Laclau és un dels teòrics dels que més beu l’anàlisis de Podemos. Així doncs és oportú acabar entrant en més en aquest autor. Per fer-ho, us deixo l’article que es cita en el vídeo:

Aquest últim de lectura potser més densa és molt il·lustratiu sense necessitat d’entrar en totes les apreciacions sobre lògica que fa l’autor i que fan al text feixuc de seguir.

En aquest article de polèmica entre Laclau i Zizek, es troben alguns dels elements fonamentals que permet explicar les diferències polítiques entre Podemos i molts dels moviments rupturistes de base, és il·lustrativa la següent cita:

A estas alturas debería estar claro que no entiendo por «lo político» ningún tipo de área regional de acción, sino la construcción contingente del nexo social. Es por esa razón que la categoría «hegemonía» adquiere su centralidad en el análisis social. La consecuencia es que la categoría «formación hegemónica» reemplaza la noción de «modo de producción» como totalidad real autoabarcante. Las razones son obvias. Si el modo de producción no crea sus propias condiciones de existencia –es decir, si estas son proporcionadas externamente y no son un efecto superestructural de la economía–, esas condiciones son una determinación interna de la totalidad social primaria. Y esto es aún más evidente si añadimos que los nexos entre diferentes momentos y componentes del proceso económico son ellos mismos productos de articulaciones hegemónicas.

Com es veu, Laclau carrega durament contra Zizek i contra el marxisme en general. Val a dir que per fer-ho pren una carictaura simplista dels anàlisis marxistes i carrega durament contra ells. No crec que tinguin gaire a veure la visió marxista de caricatura que critica Laclau amb el marxisme contemporani d’autors com Lebowitz o Kohan.

Epíleg

No volia acabar aquesta entrada sense referenciar el intercanvi epistolar entre membres de Podemos i la CUP, doncs penso que és il·lustratiu i alhora interessant de rellegir amb la òptica dels materials anteriors:

 

Julià Mestieri – @julimestieri

El triangle socialista de Lebowitz

alternativa_socialista_0Resum personal del primer apartat del llibre «L’alternativa socialista: el veritable desenvolupament humà» de Michael A. Lebowitz (Edicions del 1979)

Abans d’entrar a parlar del triangle socialista cal destacar una observació que ens fa l’autor en la introducció del llibre. Per entendre la perpetuació del capitalisme cal que el plantegem com un sistema orgànic, com a sistema que s’autorenova. En paraules de Marx es tracta d’una «estructura social, en la qual totes les relacions coexisteixen simultàniament i es donen suport mútuament». Aquesta perspectiva en que tant la producció com la distribució i el consum es reforcen mútuament asseguren la reproducció del capitalisme com a sistema orgànic, és a dir, «el captialisme no és tant sols un sistema de producció sinó també de reproducció» de si mateix. Com deia Marx el capital tendeix a produir la classe treballadora que necessita i la classe treballadora és qui reprodueix al capital.

Sobre aquesta premissa Lebowitz reprèn la idea de Mészaros que «l’alternativa socialista requerix la reconstitució radical de la dialèctica de producció-distribució-consum». A aquesta qüestió respon la proposta del triangle socialista: riquesa de les persones, producció de persones i societat solidària

La riquesa de les persones

En aquest primer vèrtex del triangle Lebowitz recupera les observacions de Marx sobre mecanismes d’ampliació de la creació de riquesa d’origen social; que en el capitalisme s’atribueixen directament al capital. El primer d’ells, l’increment de riquesa produït per la cooperació de treballadors respecte el treball aïllat («treball combinat»), el segon, el llegat històric de generació rere generació en coneixements, maquinària i innovació que mica en mica permet incrementar la productivitat del treball.

La forma de trencar l’apropiació d’aquests avançaments socials per part del capital i permetre’n la distribució equitativa dels beneficis que produeix és la ja coneguda proposta de la propietat col·lectiva dels mitjans de producció. Sota aquesta premissa, ambdues formes socials d’increment de la productivitat retornen en tots els sentits a la pròpia societat que els desenvolupa.

Finalment, l’autor reflexiona sobre el concepte de riquesa i l’amplia més enllà del concepte de riquesa material. Recuperant a Marx diu: «què és la riquesa sinó la universalitat de necessitats individuals, capacitats, plaers, forces productives, etc., creades mitjançant l’intercanvi universal?». Finalment conclou: «La riquesa veritable és el desenvolupament del potencial humà».

La producció de persones

Aquest segon vèrtex el comença recuperant un apunt crític de Marx contra el socialisme utòpic de la seva època, però de gran vigència avui en dia. El socialisme utòpic proposava «que si canviem les circumstàncies de les persones ( com ara creant noves estructures, noves comunitats, etc. i inserint-hi les persones), aleshores esdevindran persones diferents per elles mateixes». Per contra senyala Lewobitz -citant a Marx- que aquest plantejament oblida les persones realment existents, i que són aquestes persones qui canvien les circumstàncies i que es canvien a elles mateixes en el procés. Posa, doncs, en primer pla l’acció dels subjectes.

De forma anàloga el ser humà es desenvolupa en la seva pràctica quotidiana, tant productiva, com reproductiva. Així doncs el desenvolupament en el si d’una societat capitalista amb pràctiques mediades pel mercat i l’interès privat tant en la producció com en el consum i les relacions socials en general contribueix al que descriu com «buidament complet», a la «alienació total» o a la «degeneració del cos i la ment» del treballador.

Plantejant l’alternativa, Lebowitz planteja que és necessari desenvolupar les potencialitats creatives i la cooperació, objectiu que només és possible en una societat sense una estructura alienada de control que s’imposi als individus. Així doncs els intercanvis productius i distributius han d’estar sota el control dels productors associats. Cada aspecte de la producció ha de ser lloc per la presa de decisions col·lectives, cooperant conscientment els treballadors en els centres de treball i en les seves comunitats, com a tasca col·lectiva i no sota dictàmens de tècnics i especialistes.

La societat solidària

Finalment, cal assegurar que el fruit del treball precedent pertany a tothom i no a un grup limitat. Per això l’autor critica el principi de l’interès propi, promulgat per Adam Smith com essencial per no «dependre de la benevolència» dels altres. Lewobitz critica aquest principi tant en la societat capitalista (interès propi dels propietaris), com en les cooperatives i en el socialisme (distribució d’acord amb el treball).

Així doncs mantenir l’interès propi com a palanca en cap procés de construcció socialista és inviable: «L’orientació particular infecta tots els costats del triangle socialista». En oposició a la separació de l’home dels altres éssers humans contraposa l’existència d’un «ésser comunitari» defensat per Marx.

La societat solidària és doncs el pressupòsit de l’activitat productiva, una activitat que es du a terme conscientment i col·lectivament per satisfer les necessitats dels altres. Aquest «caràcter comunal» de la producció ens permet avançar de l’intercanvi de valors a la producció determinada per necessitats i objectius comuns.

Julià Mestieri – @julimestieri

Contrapunt en suport a la PAH

Ahir, amb els coB29l9h5IgAASYG3mpanys de l’Esquerra Independentista preparàvem una kafeta en suport a la PAH, em vaig preparar una intervenció sobre la lluita de la PAH i el origen del problema més enllà de la bombolla immobiliària. Com que no va ser necessari fer-la us la comparteixo aquí.

La situació de crisis vital que genera a moltes persones el accés (o permanència) a l’habitatge és un fet contrastat en múltiples informes de moltes organitzacions i entitats. Només a tall d’exemple, un informe del Departament de Salut constatava que entre 2007 i 2013 s’han executat 79.043 desnonaments a catalunya, 43 per dia al darrer any. Dels desnonats, un 70% estava a l’atur i un altre 70% tenia grans dificultats per satisfer necessitats bàsiques (alimentació, aigua, electricitat….) [+]

Malgrat això, molts activistes de la PAH centren el seu discurs en una qüestió de drets que l’estat ha de garantir, parlen del dret a l’habitatge reconegut en la constitució espanyola i parlen de la bombolla i la cobdícia dels banquers que els han portat en aquesta situació. Aquesta mirada portada a les últimes conseqüències acaba portant a defensar que si cada un fa el que toca i es pot treballar viurem feliçment pagant habitatges -per sobre del seu preu- a costa de fer hores extres amb la suor del nostre front, i que el problema no és la banca sinó que s’ha de regular la cobdícia per que no sigui tant fora mesura.

El contrapunt.

Cal començar a ubicar d’on ve el problema de l’habitatge que ens ha portat ara a les situacions que viuen moltes famílies.

En el sistema socio-econòmic en que, per sort o per desgràcia, vivim la forma d’activar la producció en un àmbit o un altre és amb la inversió de diners, ja siguin públics o privats. Quan hi ha diners hi ha interès, estudis, formació, centre especialitzats, maquinaria, matèries primes, experts…. i sobretot hi ha llocs de treball.

En algunes economies de referència de la socialdemocràcia aquests sectors en que s’inverteix acostumen a ser sectors amb “un alt valor afegit”, investigació científica, innovació tecnològica i enginyeril i altres. En els països del sud d’europa, en canvi, en el que s’ha invertit principalment és en construcció per l’habitatge i pel turisme.

La realitat és que decidir en què invertir és un dels principals dilemes dels que tenen aquesta possibilitat, tant públics com privats. Els criteris alhora de decidir poden ser molts: el benefici social, la millora de la productivitat a llarg termini, el medi ambient, la seguretat laboral… Però la realitat és que pels inversors privats els criteris són bàsicament dos: seguretat de la inversió (recuperar els diners posats) i treure’n tant benefici com es pugui. I és per això que, en un moment donat de la nostra història recent, comença a créixer el sector de la construcció i immobiliari.

Cal tenir en compte que el construir immobles te un altre avantatge pels inversors respecte altres opcions. Igual que comprar or, els habitatges si bé amb el temps es deterioren tarden en fer-ho, i si hi ha un sistema legal que els protegeix (com és el cas de l’estat espanyol) poden mantenir-se buits a l’espera de canvis en la conjectura econòmica, esperant que sigui un bon moment per vendre i fer, com dèiem abans, el màxim de benefici.

A més la possibilitat de vendre els habitatges construïts estava assegurada per 3 costats. Per l’increment forçat dels preus del lloguer, per les facilitats a la compra que posava l’estat (p.e. desgravacions fiscals i propaganda) i per les facilitats als crèdits que posaven els bancs. Aquest trident és el que evoca a gran part de la societat a comprar habitatge molt per sobre del seu preu (la bombolla immobiliària).

Amb aquests mecanismes qui ha invertit s’assegura grans beneficis, doncs mentre el comprador tingui feina ha d’anar pagant el pis molt per sobre del que ha costat construir-lo, i quan no tinguin feina, no és problema, doncs el banc es queda el pis i el comprador ha de seguir pagant, així que s’assegura la inversió recuperant el pis i tot el que pagui el comprador és pràcticament benefici net. Una jugada perfecte.

Cal senyalar, doncs la proximitat dels subjectes que actuen aquí: fons d’inversors, grans constructores i banca. Si bé és difícil posar noms i cognoms el l’entramat de societats anònimes i en l’accionariat, és indiscutible que existeix un interès mutu i una estreta connexió de tots aquests actors.

Així doncs només resta veure la jugada que ens han fet, enlloc d’invertir en desenvolupar el teixit productiu (ja es fa a les economies del nord) ens hem quedat atrapats en aquest cercle viciós, que acaba per si fos poc, amb una gran massa de població aturada, sense expectativa de trobar feina i fortament endeutada, és a dir, una gran massa de població disposada a treballar del que sigui al preu que sigui. Bona època per tornar a fer negoci doncs.

Però aquí cal recordar una cosa, qui ha fet els habitatges som nosaltres, i un cop els hem construït, qui és ningú per venir-nos a dir que dormim al carrer?

Així doncs, patada a la porta i a seguir.

Julià Mestieri